Hasta siempre Jacko

El pasado jueves, poco antes de acostarme, escuchando la radio, comencé a oir noticias poco tranquilizadoras, Michael Joseph Jackson, nuestro Michael Jackson, el indiscutible rey del pop, se encontraba mal. En un principio no le dí más importancia, 'un chungo momentáneo', pensé. Cuando algunas webs empezaban a dar la noticia de que había fallecido empecé a preocuparme, no podía creerlo y, cuando al filo de la media noche se confirmaba la trágica noticia me invadió una terrible sensación de vacío y tristeza profunda.

Quizá porque piensas que ese tipo de gente es imposible que muera, todavía ahora le sigo dando vueltas, el golpe fue muy duro. Amantes de la música o no, Jackson era un icono, nadie sobre la faz de la tierra civilizada de este mundo ignoraba sus míticos vídeos o su archiconocido 'moonwalk', por poner algún ejemplo. El tio tenía sus movidas, como toda estrella de la música que se precie, va con la profesión, sin embargo, las compensaba con creces con sus 'shows' y sus temas.


Un bailarín absolutamente increible, un músico acojonante y un puto mito. Gente cómo yo, que llegó a bailar una de sus coreografías de 'Dangerous' vestido de traje y enseñando calcetín blanco, como el maestro, en el festival del colegio (ganamos, por cierto), sentimos profundamente la pérdida de Jacko. Soñaba con poder verlo en directo, y ese sueño, muy a mi pesar, no se va a poder cumplir. No obstante me quedo (y no dejo de escuchar) con cosas como 'thriller', 'dangerous', 'billie jean', 'the way you make me feel' o 'black or white', algún día contaremos a nuestros hijos que había alguien llamado Michael Jackson, que marcó una época.

Hasta siempre Jacko, no te olvidamos.